El Cairo, 2007
Durante el año 2007, Egipto recibió más de 11 millones de turistas, a pesar de los atentados terroristas ocurridos en años anteriores. Esto supuso un incremento del 22,11% respecto a 2006, según datos del Ministerio de Turismo de Egipto.
Sin embargo, la memoria del atentado más sangriento aún pesa sobre el país. En 1997, 67 personas —entre ellas 57 turistas extranjeros— fueron asesinadas en Luxor, al sur de Egipto, en un ataque perpetrado por extremistas islámicos del grupo Gamaa Islamiya. Camuflados entre las ruinas del templo de Hatshepsut, los atacantes esperaron la llegada de los visitantes para abrir fuego con armas automáticas. No fue un tiroteo: fue una ejecución. Los heridos de bala fueron rematados a cuchillo. La masacre se prolongó durante 45 minutos.
Todo comenzó poco antes de las nueve de la mañana, cuando decenas de autobuses llegaron con cientos de turistas. Lo que debía ser una jornada tranquila, entre ruinas milenarias, se convirtió en tragedia: apenas sonaron los primeros disparos. Los primeros en caer fueron quienes subían por la escalinata del templo. No tuvieron tiempo de huir.